En la Edad Media se creía que la enfermedad era un mal causado por algún pecado suyo o de sus antepasados y estaba en las manos de Dios su curación.
La función de los hospitales no era «curar» sino un lugar en donde los transeúntes o gentes sin hogar pudieran acogerse hasta su curación o muerte. Básicamente se reducían a unas simples habitaciones (hombres y mujeres por separado), con capilla donde los internos podían cumplir con sus obligaciones religiosas. También se les aseguraba un plato de sopa con un mendrugo de pan al día y un colchón de hojas de maíz sobre el suelo para que reposaran.
Sabemos que en Zegama existieron dos hospitales. Uno junto a la ermita de Sancti Spiritu en la “sierra de Aizkorri”. En el año 1503 Julio II dio a esta ermita el título de priorato, fundación medieval que se otorgaba a los lugares ubicados en el Camino de Santiago, generalmente donde antes se hubiera establecido alguna orden de caballería. Solía ejercer como prior de la ermita uno de los beneficiados de la parroquia de Segura, de la que dependía Zegama.
El otro estaba situado en el caserío Andueza (hoy Anduetza o Andutza), en el barrio de Echeraya. Este gran caserío en un momento determinado se divide y una parte se dedica a hospital.
El 2 de mayo de 1606 don Nicolás de Arámburu, que fue rector de la parroquia de Zegama, cede sus bienes al Concejo de Zegama y tres días después, el 5 de mayo funda una “memoria” u obra benéfica. En uno de sus puntos ordena que se monte en su casa un hospital para vecinos de Zegama, huérfanas o gente que estudia para sacerdote y no se admita a vagabundos. De sus cuentas se encargará un patronato formado por el clero y la justicia de su villa. Para tal fin deja una serie de fondos para que con sus intereses se paguen los gastos.
En otro apartado de dicho documento ordena que las limosnas se guarden en un arca de 3 llaves, y que tenga una llave el rector, otra el alcalde y otra una de las hospitaleras. Que se haga un libro en donde se anoten los ingresos, donativos, rendimientos de los capitales y los gastos que se produzcan. Dicho libro se guardará en la citada arca.
En 1799 por orden de Su Majestad se procede a vender los bienes de esta capellanía, pasando la “casa Arámburu u Hospital” a manos de Vicente Ángel de Echeverría, vecino de Zegama, quien paga por ello 30.400 reales de vellón.
Un año después Vicente Ángel de Echeverría vende el hospital, el cual pasa a manos de Martín José de Arza.
La historia reciente es mejor conocida. Así, el año 1983 D. Miguel Arostegi Azurmendi adquirió a las familias Viana e Irimo y Viana Santa Cruz la casería Anduetza y terreno labrantío colindante a la misma. Recientemente, y en aras a posibilitar la ubicación en el caserío Anduetza y en el Hospital o caserío Aranburu una exposición permanente y Centro de Interpretación Forestal, que trae causa asimismo del convenio suscrito entre el Departamento de Agricultura y Medio Ambiente de la Diputación Foral y el Ayuntamiento de Zegama el año 2000, éste adquiere la casería con sus terrenos colindantes (5.411 m2.), el 23 de noviembre de 2001.
Coincidiendo con la celebración del primer centenario de vida del servicio forestal de la Diputación, se han rehabilitado ambos edificios municipales contiguos, comunicándolos internamente y convirtiéndolos en un referente único dentro del sector forestalista, gracias al inmenso y cuidadoso trabajo desarrollado durante años por el vecino de Zegama y a la sazón guarda forestal de la Diputación Foral Imanol Artola, que ha contado también con la inestimable colaboración de la Institución Foral, donde se exponen, con todo tipo de detalles, un total de 182 especies arbóreas.
La inauguración de las obras de rehabilitación de los edificios Anduetza y Hospital o Aranburu se produjo el día 25 de junio de 2003. Los edificios y la exposición forestal inauguradas engarzan perfectamente con la ubicación y el rol de Zegama dentro del futuro Parque Natural de Aizkorri; todavía pendiente de declaración.