La tradición une su origen a los templarios, lo que no es de extrañar si se tiene en cuenta el emplazamiento que ocupa.
Hoy en día es una ermita reducida, frecuentada por pastores y excursionistas, sin signos aparentes de haber sido un centro importante de las órdenes militares.
En otros tiempos, sin embargo, fue un hospital para los peregrinos, y un ermitaño se encargaba de socorrer allí a los niños que tardan en hablar.